
¿Cuántas humanas esperanzas quedan sin realizarse; cuántos anhelos truncados; cuántos deseos insatisfechos?... El hombre no encuentra en sí mismo la capacidad de alcanzar la meta de sus aspiraciones y deseos más íntimos: “¡Ay de vosotros, los ricos… ¡ay de vosotros, los que estáis saciados… ¡ay de los que ahora reís… ¡ay si todo el mundo habla bien de vosotros…” Nuestra corporeidad se abre a la trascendencia, nuestro “yo” más íntimo se realiza en la común-unión, nuestro ser queda potenciado y adquiere sentido en la medida que nos dejamos abrazar por Otro que revela en nosotros su impronta personal amándonos y reconociéndonos como “imagen y semejanza” suya: “¡bendito el que pone su confianza en el Señor!”
Y ¿cuántas esperanzas, anhelos y deseos quedan alcanzados, logrados y cumplidos?: “Bienaventurados los pobres, los que pasan hambre, los que lloran, los proscritos y excluidos… porque vuestro es el Reino, quedaréis saciados, reiréis, tendréis recompensa”.
Habrá muchas medidas humanas, quizás tantas como esperanzas aniden en el corazón del hombre; pero sólo hay una talla perfecta de Hombre: “el hombre Cristo Jesús”. Él se nos ha dado por entero y se ha realizado como Evangelio, en Él las aspiraciones y esperanzas más nobles de la Humanidad quedan satisfechas, Él ha muerto por nosotros y ha resucitado por nosotros, con Él nuestra vida se llena de esperanza, Él es la esperanza de nuestra vida.
En este Año Sacerdotal, mientras experimentamos la fidelidad de Cristo, nuestra fidelidad a favor de la justicia, los derechos humanos, el progreso y desarrollo de los pueblos… ha de afianzarse como una experiencia prometedora y firme, ¿no será éste, quizás, el reto que nos presenta Manos Unidas, en su Campaña contra el Hambre, cuando nos impulsa a apretar las manos de los que tanto esperan y a los que el Señor Jesús llama: “bienaventurados”? ¿Asumimos el reto?
Juan Manuel Barreiro, sacerdote
2 comentarios:
Hola, cariño! ya acepté! Siento lo de las visitas no deseadas, hay cada uno por ahí... ains!! Ayer pensé mucho en ti e incluso te llamé mientras conducía volviendo de Granada a casa, pero resulta que el parrot éste sólo llamaba a un ismael que conocí en un tren!! jajajaj, menudo cuadro cuando le digo: "¿qué pasa cariño?" y me dice: "¿cómo?" jijijijij
te quiero!
jajaja
resulta que me he enterado de dos personas en el mismo finde... ya te contaré...
Tienes que enseñarle a tu loro a pronunciar la R, a lo mejor es Chino o algo, y como no tenías a ningún IsLael, po cogió al siguiente en orden alfabético... jeje
Un besote enorme!!! Yo tb te quiero! ;-)
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