lunes, 24 de diciembre de 2012

Finales: adviento, trimestre y año, pero no del mundo

(Os comparto la crónica que he publicado en el blog del Seminario Interno Interprovincial)


Como hablamos de finales, comencemos por el final, el final de una primera parte de nuestra experiencia en el Seminario Interno, un final que servirá, seguro, para retomar fuerzas, y para que nuestras familias vean que estamos fuertes, ahora que volvemos a encontrarnos con nuestros padres, pues, como marca nuestro Plan de Formación, tendremos unos días para visitarles antes de proseguir con nuestra tarea de vivencia y formación.

Estos días gozan de una magia y un color especiales que hacen vibrar nuestros corazones. Para la mayoría, esta noche, será la primera vez que la vivamos lejos de nuestras familias, lo que puede parecer triste para algunos, para nosotros es el gozo de celebrarla con nuestra nueva familia (como ocurre cuando alguien se casa y forma su propia familia).


Mañana, durante la Eucaristía de la mañana, los más pequeños de esta comunidad parroquial representarán una versión moderna del nacimiento de Jesucristo, una visión actual de cómo podría transcurrir ese acontecimiento, teniendo en cuenta los medios de comunicación con los que hoy contamos.

Esta mañana, hemos participado en la Eucaristía que nuestro Sr. Obispo presidió en el Pinar, lugar donde algunos de nosotros participan semana tras semana en la animación litúrgica, ha sido una bonita experiencia, sobre todo para los que, a causa de otras obligaciones pastorales, no participamos habitualmente.

El viernes aconteció el gran concierto de Navidad que, en poco menos de una hora, nos hizo disfrutar, bajo la dirección del P. Muneta, de villancicos populares y no tan populares de la celebración española e incluso italiana.

Antes de llegar a estas grandes celebraciones tuvimos todo el adviento para prepararnos que, aunque podríamos decir que comenzó con el retiro que nos ofreció el P. Eblerino, tuvo su momento final con otro retiro, esta vez dirigido por el P. Humberto, misionero colombiano casi recién llegado a Valencia desde su ministerio en Puerto Lempira (Honduras). En esta ocasión el tema que reflexionamos fue la obediencia que, muy oportunamente, relacionó con la obediencia de María y, sobre todo, con la obediencia de Jesucristo a la voluntad del Padre, que le llevó a despojarse de su divinidad para hacerse hombre, despojarse de la majestad naciendo en un lugar pobre y despojándose de toda dignidad y de su propia vida al morir en la cruz por todos nosotros.

El día 17 participamos, con los jóvenes de nuestra diócesis y sus catequistas, de una velada especial, una velada que nos quería hacer conscientes de que vivimos en oscuridad si no hacemos presente a Dios en nuestras vidas, y que hay mucha gente que necesita que le llevemos esa luz porque su vida está sumergida en las tinieblas de la pobreza o de la depresión, sobre todo en esta época de crisis económica y social.

Y con esto pongo otro final, el de esta crónica. Que tengan una feliz Navidad y una buena entrada en el año 2013. Un afectuoso saludo a todos de parte de toda la comunidad.

Israel Jesús Ortega Gómez, seminarista

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